Las relaciones México-Canadá

“Momento Económico”
19 de febrero de 1998

Canadá es el segundo país más grande del mundo por su extensión territorial cercana a los 10 millones de kilómetros cuadrados (y donde cabrían perfectamente cinco Méxicos). Es uno de los tres países trioceánicos en el planeta (los otros dos son Estados Unidos y Rusia). Empero, la base demográfica del país es reducida, con apenas 30 millones de habitantes que además envejecen rápidamente. Es un país desarrollado, aunque posee una base industrial limitada y, al decir de los expertos, excesivamente especializada. Posee una extensa base de recursos naturales, tanto en el ramo de los granos básicos (se le considera uno de los grandes graneros del mundo), al igual que de recurso hídricos (las hidroeléctricas de Québec proveen de electricidad al estado de Nueva York en Estados Unidos), al igual que de hidrocarburos. La economía en su conjunto es muy dependiente del mundo exterior para poder prosperar y, en consecuencia, los cambios que se producen en el entorno global afectan sensiblemente al país norteamericano.

El vínculo internacional más importante para Canadá es con Estados Unidos, su principal socio comercial, aliado, “protector” y, en muchos sentidos, dolor de cabeza. Con esa nación comparte una frontera cercana a los 9 mil kilómetros (o bien, tres veces mayor a la frontera que existe entre México y Estados Unidos). A diferencia de ésta última, la frontera Canadá-Estados Unidos se encuentra muy poblada dado que, por razones geográficas y climáticas, buena parte de la población canadiense se asienta a menos de dos horas de distancia -manejando – de la Unión Americana.

Reseñar la magnitud de la relación entre Ottawa y Washington demandaría mucho tiempo para cada uno de los temas que conforman la agenda bilateral. Sin embargo, hay algunos aspectos que vale la pena resaltar. Por ejemplo, la vecindad geográfica expone a los canadienses de manera muy intensa a las industrias culturales estadunidenses y si a ello se suma la herencia colonial británica y francesa, pueden encontrarse muchas coincidencias entre los dos países.

Si bien México y Canadá estarían llamados a forjar una estratégica alianza, considerando que comparten la dependencia que guardan respecto a Estados Unidos, es justamente este país el que se interpone para que mexicanos y canadienses desarrollen vínculos más estrechos. SI bien el comercio ha crecido como consecuencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y existen numerosos vuelos directos entre ambos países sin tener que usar aeropuertos estadunidenses, existe un enorme potencial para profundizar la relación bilateral, la cual ha experimentado altibajos. Por momentos, los canadienses ven a México como un “obstáculo” para vínculos más estrechos con Estados Unidos. En otras ocasiones, perciben ciertas coincidencias con los mexicanos, aunque es justo decir que tanto las relaciones entre Canadá y Estados Unidos como entre México y Estados Unidos son estructurales, en tanto los vínculos entre mexicanos y canadienses no gozan de ese estatus ni interdependencia.