En nombre de la salud se están restringiendo todo tipo de libertades individuales y políticas

24 de Marzo de 2020

En estos momentos el coronavirus COVID-19, según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha trasladado su epicentro de Asia a Europa, donde Italia enfrenta la peor crisis de salud pública de su historia reciente, lo que ha llevado al personal médico y autoridades de salud a tomar decisiones gerontocidas, al dejar morir a ancianos para apoyar a quienes tienen más posibilidades de sobrevivir. El problema, según han confesado diversos médicos italianos, es que no hay camas suficientes en terapia intensiva y entonces los galenos deben decidir todos los días a quién salvar.

Italia, es un país donde la esperanza de vida es una de las más altas del mundo (82. 54 años), pero también donde la tasa de fertilidad es de las más bajas (apenas 1. 35 hijos por mujer). La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estiman que, en 2050, Italia será, junto con España y Japón, el país con más ancianos en el mundo. Antes de la llegada del COVID-19 a Italia, se habían venido produciendo recortes presupuestales en el sector salud. La caída de la natalidad y el desempleo han generado graves problemas para el sistema de pensiones del país, donde, actualmente, 100 trabajadores mantienen a 37 ancianos, en tanto que para 2050 la cifra se elevará a 62 ancianos. Con ese perfil demográfico, en un país con 60 millones de personas, el COVID-19 ha evidenciado las limitaciones del sistema de salud, colocando a Italia en situación de cuarentena y aislamiento por parte de sus vecinos de la Unión Europea y también por muchos países del mundo como por ejemplo, Argentina -donde los vínculos familiares, culturales, comerciales, son estrechos.

En cualquier caso, es de esperar que la virulencia del COVID-19 amaine en algún momento en Europa y que el epicentro se traslade a otras latitudes. A juzgar por la evolución de la enfermedad en el mundo, todo parece indicar que América Latina y muy posiblemente América del Norte, podrían convertirse en el nuevo epicentro. Esto es porque, de todos los países del continente americano donde se tienen casos confirmados, más de la mitad se encuentran ya en la fase 2 o de transmisión local y ello ha ocurrido muy rápido. Entre los países en esa situación figuran Brasil, Chile, Argentina y Perú. Como se explicará en líneas subsecuentes, es muy posible que México ya se encuentre en la fase 2 y no lo sepa, debido a la lentitud con la que las autoridades han actuado para confirmar los casos sospechosos y para aplicar medidas más decisivas en aras de contener y mitigar la propagación de la pandemia en el territorio nacional.

Si el epicentro de la enfermedad era la RP China y ahora se encuentra en Europa, en particular en Italia, España, Francia y Alemania es razonable suponer que, al paso de las semanas, el epicentro de la enfermedad podría trasladarse a otra región o continente. ¿Qué pasaría si esa región es América Latina, o, como se perfila hasta ahora, América del Norte? Estados Unidos, país donde el sector salud ha sufrido recortes por parte de la administración de Donald Trump, quien ha perfilado una agenda distinta a la de Barack Obama en materia de salud, es, en el continente americano, quien más casos confirmados presenta seguido de Canadá. Dada la vecindad geográfica, se espera que México se vea influenciado por esta tendencia epidemiológica, la cual se sumará a los propios problemas que enfrenta el sistema de salud mexicano.