Más allá del terrorismo. Globalización, seguridad y desarrollo

“Momento Económico”
26 de Abril de 2012

El concepto de seguridad sigue estando a debate en el nuevo siglo, lo que en sí mismo es un hecho positivo porque pone de manifiesto las reflexiones de la comunidad de especialistas en la materia. ¿Es viable que las naciones del mundo postulen un concepto de seguridad estatocéntrico y de corte militarista en las condiciones actuales? Si la respuesta es no, entonces la siguiente pregunta sería: ¿hasta dónde es factible ampliar el concepto de seguridad, teniendo en mente la importancia de traducirlo en políticas públicas concretas?

Tras el 11 de septiembre de 2001, la tendencia a terrorizar la agenda se seguridad internacional es una realidad. Con ello, el concepto de seguridad humana que postulaba una acepción antropocéntrica amplia de la seguridad y que vivió su mejor momento a lo largo de la década de los 90 tras el fin de la guerra fría, experimentó un retroceso con motivo de los ataques terroristas contra Estados Unidos de principios del presente siglo.

Ampliar el concepto tradicional de seguridad tiene a sus críticos, como también ocurre con una acepción tradicional de guerra fría. Tal pareciera que ni un concepto estrecho ni uno amplio sobre la seguridad son adecuados, aunque, adicionalmente, hay que ponderar las capacidades, vulnerabilidades y necesidades específicas de cada país. No hay que olvidar que el concepto de seguridad es subjetivo y se acuña a partir de percepciones. Lo que para algunos es una amenaza, para otros no lo es, lo que tiene una enorme relevancia a propósito de la preeminencia del terrorismo en la agenda de seguridad internacional frente a otros flagelos como el deterioro ambiental, las epidemias y pandemias, la crisis alimentaria, los fenómenos naturales, etcétera.

Ir más allá del terrorismo y evitar que se adopte a escala planetaria una agenda que niegue la diversidad de naciones, de percepciones, de vulnerabilidades y capacidades imperantes, resulta imperioso en el momento actual. El caso mexicano ilustra a la perfección esta consigna: si México, por presiones de Estados Unidos, terroriza su agenda de seguridad, ¿cómo hará frente a flagelos que comprometen su existencia, tales como las epidemias/pandemias, los fenómenos naturales, la delincuencia organizada, las crisis económicas, etcétera?